

El animalito parece saberse acosado y se esconde tras las rocas, protegido por los macizos de plantas y en los lugares más inverosímiles, de forma que su captura provoca la remoción de desechos depositados en el fondo, desenraizado de plantas y otros pequeños desastres que irritan al acuarófilo. Hemos de tener en cuenta que en los comercios los ejemplares destinados a ia venta se encuentran en recipientes vacíos, carentes de decoración, en los que los animalitos están hacinados y a disgusto.
El más destartalado de los acuarios contiene un fondo de arena o gravilla, algunas rocas decorativas, bastantes plantas y además los peces ya se han habituado a su nuevo hogar y conocen los escondrijos donde protegerse de virtuales agresiones, por lo cual no debe resultar extraño que las dificultades para la pesca aumenten en progresión geométrica. Extracción correcta de los peces vivosCuando tengamos que sacar alguno de los moradores de nuestro acuario y no acertemos a pescarle a la primera intentona mediante la introducción de una raqueta especial provista de una red de malla de diámetros diferentes, muy tupida para alevines y especies de epidermis sensible, y de retícula más abierta si se emplea para
especies de buen tamaño y piel resistente, tendremos que dejar la raqueta inmóvil, introducida en el recipiente sin acosar al sujeto de nuestros desvelos. Con movimientos suaves y progreslvos intentaremos llevarle a una zona libre de rocas y plantas, conduciéndole hacia una de las paredes. Conseguido esto, se tapa la salida con la raqueta apoyada sobre el vidrio y sin arrastrar al ejemplar restregándole contra el cristal, se golpea exteriormente el lugar para que el animal se introduzca solo en la bolsa de la red y se saca ésta del agua. Con la otra mano se cierra la bolsa, antes de retirarla del espacio sobre la superficie del agua, para evitar que un salto inesperado haga que el pez se estrelle en el suelo, con la casi segura consecuencia de graves lesiones que provocarían su muerte a las pocas horas. De esta forma se transporta la plateada presa hasta el nuevo hogar que deberá tener un agua de igual dureza, pH y temperatura que la del antiguo tanque, para evitar un stress de habituación. Se introduce la red en el acuario de destino, retirando la mano que cerraba la bolsa de malla, y con un movimiento de la red en sentido contrario al de captura se libera al ejemplar, retirando la raqueta lo antes posible. Estas operaciones, en apariencia obvias y muy sencillas, deben ser realizadas con tranquilidad y sin prisa, especialmente por personas poco habituadas al manejo diario de los peces de acuario.

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