miércoles, 12 de agosto de 2009

EVOLUCIÓN DE LOS PECES

La vida se inició en el mar hace aproximadamente 4.000 millones de años. Los primeros fósiles de que se dispone corresponden a organismos muy sencillos, que vivieron hace unos 3.500 millones de años.
Los restos fósiles existentes dejan grandes períodos de tiempo al descubierto, por lo que quedan al descubierto gran parte de la primitiva historia del desarrollo de los peces. Algunos fósiles datan del período cámbrico, 500 millones de años, tales como trilobites, braquiópodos (almejas); pero la mayoría proceden del período devónico (360 a 410 millones de años, en los que los peces más abundantes tenían la piel en forma de placas.


Durante la evolución de los peces se calcula que el vínculo evolutivo crucial entre los invertebrados, y los primeros peces vertebrados fueron los ripidistios, unos peces grandes con aletas lobadas, relacionados con los celacantos (Latimeria Chalumnae).


Los celacantos tienen una importancia fundamental en la evolución de los peces puesto que se cree que son los antepasados directos de todos los peces actuales.


A lo largo de una evolución de millones de años, los peces colonizaron las aguas dulces de la tierra.
En los tiempos el mar de Tetis, que se consideraba el mar original, tenía un nivel de salinidad más bajo que los mares que conocemos hoy en día. El nivel de minerales, constituidos fundamentalmente por sales, en las células vivas de la vida que se desarrolló en esta agua estaba próximo al del mar. Desde entonces, el agua de los mares se ha ido mineralizando por lo que al ser más altos los niveles de minerales en el exterior del cuerpo de los peces marinos, el agua tendía a salir de ellos, lo que les obligaba a beber para evitar la deshidratación. Por el contrario, los peces que se adaptaron al agua dulce, los riñones de estas especies que realizaron esta transición debían eliminar el agua que absorbían a causa de la mayor concentración de minerales en su cuerpo.

Como consecuencia de la fragmentación y separación del único continente Pangea, las familias de peces se dividieron y, con el correr del tiempo, se adaptaron a nuevos habitas ecológicos.

El celacanto es un pez que en tiempos primitivos (360 millones de años,) nadaba en las ciénagas y aguas más profundas de todo el planeta. Se pensaba que el celacanto estaba extinguido desde hace 70 millones de años, sin embargo, en 1939 que este pez es pescado en la actualidad en el archipiélago de las Comores, frente a las costas del Sudeste africano.

HISTORIA DE LOS PISICULTURA

La historia de la piscicultura está ligada a la de la acuicultura. Existen referencias de prácticas de cultivo de peces en la antigua China, Egipto, Babilonia, Grecia, Roma y otras culturas euroasiáticas y americanas.

Las referencias más antiguas datan en torno al 3500 a.c., en la antigua China. En el año 1400 a.c, ya existían leyes de protección frente a los ladrones de pescado. El primer tratado sobre el cultivo de carpa data del 475 a.c, atribuido al chino Fan-Li, también conocido como
Fau Lai.
Entre griegos y romanos, existen fuerza hasta la edad media, en monasterios y abadías, aprovechando estanques alimentados por cauces fluviales, en los que el cultivo consistía en el engorde de carpas y truchas.

En el año
1758 se produjo un importante descubrimiento, la fecundación artificial de huevos de salmones y truchas por Stephen Ludvig Jacobi, un investigador austríaco, aunque su investigación no salió del laboratorio y quedó en el olvido.

En
1842, dos pescadores franceses, Remy y Gehin, obtuvieron puestas viables, totalmente al margen del hallazgo de Jacobi. Lograron alevines de trucha, que desarrollaron en estanque con éxito. El descubrimiento llevó a la Academia de Ciencias de París a profundizar en el hallazgo, y con ello la creación del Instituto de Huninge, el primer centro de investigación en acuicultura.

martes, 11 de agosto de 2009

ESTANQUES

Cada estanque es un mundo aparte. Lo que comentaremos en estas secciones es general a los estanques de diversos climas.

Temas puntuales, te invitamos a que los analicemos en conjunto en nuestro foro de mensajes.

Hasta hace poco tiempo se asociaba los estanques con mucho espacio. Es una verdad hasta cierto punto. Se puede armar estanques muy lindos en poco espacio, lo que denominamos mini-estanques, también estanques chicos y medianos. Luego, todo lo contrario son los lagos, donde si es mucho volumen de agua. Un estanque es un mundo viviente, es algo fascinante que se puede tener, hasta se puede armar un mini-estanque en departamentos (siempre teniendo en cuenta los pesos permitidos).

Aquí mismo a la izquierda podrá observas los diferentes temas que explicamos para que usted pueda tener un estanque, ya sea construyéndolo usted mismo o contratando nuestros servicios.

Un comentario muy breve, un estanque no es una pileta de natación. Al momento de construir un estanque siempre tenga en cuenta el tamaño a futuro, es decir, si va a agrandarlo. Muchas personas, más del 70% luego de terminado el estanque, quieren agrandarlo.

REPRODUCCION




Los órganos reproductores de los peces son como un saco de cuya pared interior nacen los huevos o el esperma (lecha). En los individuos que todavía no han llegado a la madurez, las gónadas son muy pequeñas y aparecen vacías, pero tan pronto como se inicia la maduración se llenan de células germinales. La emisión de los productos sexuales tiene lugar a través de un corto canal que desemboca inmediatamente detrás del ano.
Al acercarse el momento de la madurez sexual los peces buscan un lugar adecuado para efectuar la puesta.
Para realizar esta puesta son necesarias unas condiciones particulares para cada especie, algunas son tan exigentes en cuanto a la temperatura del agua se refiere que sólo frezan dentro de límites muy estrechos. El bacalao freza tan sólo en aguas cuya temperatura oscile entre 4º y 6º C, la caballa requiere temperaturas de alrededor de los 12º C.

Por lo común, los óvulos y el esperma caen libremente en el agua mientras los progenitores se mantienen uno junto a otro, a veces vientre contra vientre, como es el caso del bacalao o los rubios.
Ciertos peces, no obstante, poseen órganos copuladores, en cuyo caso los óvulos son fecundados dentro del cuerpo de la hembra (tiburones y rayas). El color de los huevos es variado, transparentes, verdosos, rojizos, ocres, etc.

Son muchos los huevos de peces cuyo peso específico es inferior al del agua, por lo que suben lentamente a la superficie; otros por el contrario caen al fondo o se fijan a la vegetación por medio de filamentos adhesivos.
Debido a la tremenda mortalidad de huevos y alevines, el número debe ser extremadamente elevado, el pez luna pone sobre 300 millones de huevos.

Otra categoría de puesta es la de peces que ponen cerca de la costa y cuidan de su prole: el ciclópeo permanece vigilante junto a su montón de huevos, protegiéndolo contra sus enemigos; los góbidos esconden su puesta bajo las conchas vacías; el espinoso construye verdaderos nidos. Así, estando los huevos a cubierto de la acción de sus enemigos, su número puede ser menor y limitarse a algunos centenares. Los tiburones vivíparos paren tan sólo de 4 a 20 pequeños bastante desarrollados. La mayor parte de los peces frezan cada año a partir del momento en que alcanzaron la madurez sexual, pero algunos mueren después de la primera freza o, a veces, tras la segunda. A todos los peces el período de reproducción les exige un gasto considerable de energía vital, de forma que, una vez terminada la puesta, están flacos, agotados y famélicos. Son muchos los peces que durante el período de reproducción no se alimentan o comen muy poco.

MANEJO


El mantenimiento y reproducción de peces en cautividad exige frecuentemente el traslado de algunos ejemplares a otros acuarios, bien para separar reproductores o como medida sanitaria para tratar peces enfermos e incluso para permitir la limpieza y vaciado de tanques excesivamente sucios. Cuando adquirimos en los comercios especializados nuestros ejemplares, podemos contemplar la rapidez, limpleza y eficiencia con que los dependientes o propietarios pescan el pececillo elegido por nosotros en un recipiente repleto de ejemplares casi iguales, sin equivocarse de individuo ni demorarse mucho tiempo. Por el contrario, si nosotros en nuestro hogar deseamos capturar algún pececillo, nos encontraremos con un problema a veces arduo, que acabará ocasionalmente con la paciencia de numerosos aficionados.
El animalito parece saberse acosado y se esconde tras las rocas, protegido por los macizos de plantas y en los lugares más inverosímiles, de forma que su captura provoca la remoción de desechos depositados en el fondo, desenraizado de plantas y otros pequeños desastres que irritan al acuarófilo. Hemos de tener en cuenta que en los comercios los ejemplares destinados a ia venta se encuentran en recipientes vacíos, carentes de decoración, en los que los animalitos están hacinados y a disgusto.
El más destartalado de los acuarios contiene un fondo de arena o gravilla, algunas rocas decorativas, bastantes plantas y además los peces ya se han habituado a su nuevo hogar y conocen los escondrijos donde protegerse de virtuales agresiones, por lo cual no debe resultar extraño que las dificultades para la pesca aumenten en progresión geométrica. Extracción correcta de los peces vivosCuando tengamos que sacar alguno de los moradores de nuestro acuario y no acertemos a pescarle a la primera intentona mediante la introducción de una raqueta especial provista de una red de malla de diámetros diferentes, muy tupida para alevines y especies de epidermis sensible, y de retícula más abierta si se emplea para especies de buen tamaño y piel resistente, tendremos que dejar la raqueta inmóvil, introducida en el recipiente sin acosar al sujeto de nuestros desvelos. Con movimientos suaves y progreslvos intentaremos llevarle a una zona libre de rocas y plantas, conduciéndole hacia una de las paredes. Conseguido esto, se tapa la salida con la raqueta apoyada sobre el vidrio y sin arrastrar al ejemplar restregándole contra el cristal, se golpea exteriormente el lugar para que el animal se introduzca solo en la bolsa de la red y se saca ésta del agua. Con la otra mano se cierra la bolsa, antes de retirarla del espacio sobre la superficie del agua, para evitar que un salto inesperado haga que el pez se estrelle en el suelo, con la casi segura consecuencia de graves lesiones que provocarían su muerte a las pocas horas. De esta forma se transporta la plateada presa hasta el nuevo hogar que deberá tener un agua de igual dureza, pH y temperatura que la del antiguo tanque, para evitar un stress de habituación. Se introduce la red en el acuario de destino, retirando la mano que cerraba la bolsa de malla, y con un movimiento de la red en sentido contrario al de captura se libera al ejemplar, retirando la raqueta lo antes posible. Estas operaciones, en apariencia obvias y muy sencillas, deben ser realizadas con tranquilidad y sin prisa, especialmente por personas poco habituadas al manejo diario de los peces de acuario.